David Salas, el protagonista de El fuego invisible, la novela con la que Javier Sierra ha ganado el Premio Planeta, se ha centrado hasta el momento en su carrera acadĆ©mica -es el profesor de LingĆ¼Ćstica mĆ”s joven del Trinity College de DublĆn-, pero un viaje a Madrid y el contacto con una extraƱa academia de literatura trastocarĆ”n su vida y le harĆ”n conocerse a sĆ mismo. A travĆ©s de este hombre acomodado que entra en contacto con un mundo Ā«lleno de elementos mĆ”gicos, dolorosos, extraƱos, que normalmente escondemos debajo de la alfombraĀ», el autor de La cena secreta o El maestro del Prado propone una intriga de marcada espiritualidad por la que asoma el Grial -del que se ofrece una visiĆ³n novedosa- y que se pregunta por el origen de las ideas.
-Hoy, dice uno de los personajes, Ā«basta con acercarse a un ordenador para encontrar lo que nos haga faltaĀ», pero en otros siglos, Ā«para hallar una respuesta a lo que fuese habĆa que salir de casa y exponerse a mil peligrosĀ». Hemos dado la espalda a la aventura, a su carĆ”cter de revelaciĆ³n.
-En el libro hay varias crĆticas al mundo que nos ha tocado vivir. Pensamos que la informaciĆ³n sustituye a la experiencia, y que podemos llegar a conocer Nueva York utilizando simplemente Google Maps, y eso es falso. Otra de las cuestiones que aparecen es que el peor enemigo que tenemos ahora mismo, como criaturas creativas que somos, es el ruido. Estamos rodeados de elementos que nos sacan de la concentraciĆ³n, todo parece diseƱado para que no miremos al interior de nosotros mismos, sino al exterior. Y lo mejor que hemos sido capaces de construir como especie siempre ha salido de nuestro interior. De alguna manera, la novela es un aviso.
-Desde la cita inicial de Doris Lessing, el libro reivindica la literatura como un encuentro con lo trascendente.
-He querido recuperar el propĆ³sito inicial de la literatura, que se inventĆ³ hace 5.000 aƱos en Sumeria, la Ć©poca de la epopeya de Gilgamesh, para resolver la pregunta de por quĆ© tenemos que morir. Como la razĆ³n es incapaz de encontrarle sentido a la vida y sus misterios, inventamos la literatura para buscar ese sentido. Luego la convertimos en un entretenimiento, la desposeĆmos de esa funciĆ³n sagrada. He querido rescatar inquietudes, que son las que nos empujan a hacer grandes cosas.
-Entre esas inquietudes, sobresale una pregunta en particular: de dĆ³nde vienen las ideas.
-A diferencia de las novelas mĆas anteriores, donde me centro en misterios mĆ”s tangibles, querĆa ir a un enigma filosĆ³fico, que en el fondo es el mĆ”s irresoluble. Preguntarse de dĆ³nde vienen las ideas es casi lo mismo que cuestionarse de dĆ³nde venimos nosotros. Nos hemos construido sobre la capacidad de imaginar: todo lo que tenemos a nuestro alrededor es fruto de nuestra inventiva.
-ParmĆ©nides, que tiene un peso notable en la trama, fue el primero que se hizo esa pregunta. Pero Ć©l y sus compaƱeros filĆ³sofos apenas tienen cabida hoy en los planes de Humanidades.
-Uno de los primeros lectores de El fuego invisible fue ĆƱigo MĆ©ndez de Vigo, el ministro de Cultura. Estuvo en la presentaciĆ³n del Premio Planeta en Madrid hace unas semanas y conversamos sobre la pĆ©rdida de influencia que ha sufrido la filosofĆa en el currĆculum acadĆ©mico. El problema no se da sĆ³lo en EspaƱa; tambiĆ©n en Francia, en Italia y hasta en Grecia, que es la cuna de la filosofĆa. Hoy parece que sĆ³lo valen las carreras que sirven para fabricar algo que se pueda comercializar. Es el rodillo del capitalismo el que estĆ” creando esta situaciĆ³n, pero tenemos capacidad para rebelarnos.
-La novela trata otro asunto: la relevancia de la palabra Ā«para llegar al fondo de las cosasĀ».
-En todas las historias sagradas, lo primero que hacen los dioses es darle nombre a las cosas. Si algo no tiene un nombre no existe, con eso ya te estƔn diciendo lo importante que es la palabra para articular el pensamiento. Y las palabras tienen su propio ADN, que se transmite a travƩs de las generaciones. Cuando tomas un vocablo y lo diseccionas, puedes comprender su verdadero significado. En la novela, por ejemplo, me detengo mucho en la palabra entusiasmo, que significa rapto divino, viene de en-theos, de estar con Theos, con lo sagrado. Es verdad que si alguien estƔ entusiasmado con algo, todo lo mundano le es ajeno.
-Usted documenta que el concepto del Grial se inventa en el siglo XII y no como algo vinculado a la Ćltima Cena. ĀæLas pelĆculas de Indiana Jones han hecho mucho daƱo?
-No dirĆa eso [rĆe]. Lo que han hecho las pelĆculas de Indiana Jones ha sido beber del mito. Yo voy un paso mĆ”s allĆ”: a la semilla de ese mito, a tratar de comprender por quĆ© es tan potente, por quĆ© obsesiona a lo largo de mil aƱos. El Grial es un punto de intersecciĆ³n entre lo divino y lo humano, como la vĆa de acceso que tenemos para llegar al territorio de lo sagrado. Por eso nos obsesiona: porque la materia se nos queda pequeƱa y tenemos una inquietud que trasciende lo tangible y lo visible.
-En sus libros conviven el fabulador que hilvana tramas y el divulgador que disfruta transmitiendo sus conocimientos. ĀæCĆ³mo se llevan esas dos facetas?
-Pues me resulta cada vez mĆ”s complejo aunarlas, porque mis intereses son cada vez mĆ”s trascendentes y la novela te exige tener los pies en la tierra. Pero me han gustado los retos siempre, y quizĆ”s Ć©ste sea el desafĆo de esta etapa de mi vida. Escribir una historia de suspense, con todos los rasgos que han caracterizado mi literatura, pero ponerla al servicio de los temas que hoy me preocupan. Quiero despertar en el lector las ganas de aprender y de saber.
-En un pasaje del libro, se dice que dentro de tres siglos se hablarĆ” de El cĆ³digo Da Vinci como de Ā«un libro de gran valorĀ». ĀæUsted suscribe esa idea?
-Es un debate que tienen los personajes, pero es verdad que le doy una dimensiĆ³n que no le otorgamos a El cĆ³digo Da Vinci. Hoy lo vemos como un best-seller de entretenimiento, pero los conceptos que estĆ”n ahĆ dentro son importantes y no se hablaba de ellos desde hacĆa mucho tiempo. Yo creo que sĆ, que dentro de 300 aƱos, cuando se analice la literatura de este tiempo, saldrĆ” esa obra.
-Entre los atractivos del libro, usted explora la espiritualidad particular de algunos escritores como Mark Twain -que creĆa haber venido al mundo con el cometa Halley- o de Valle-InclĆ”n.
-QuerĆa que mi novela sirviera de rosa de los vientos para muchas lecturas. Todo escritor ya maduro se ha preguntado por el origen de sus ideas y por el fuego de su creatividad, y yo he ido buscando las obras en las que hablan de eso. En Valle-InclĆ”n la hallĆ© en La lĆ”mpara maravillosa, una bĆŗsqueda al interior de sĆ mismo, un libro casi de ejercicios espirituales que la crĆtica no entendiĆ³. En el caso de Twain, esa inquietud la plasma en El forastero misterioso, su Ćŗltima obra, en la que habla de una especie de demiurgo del que no sabes si se adelanta a los acontecimientos o los provoca. Siempre ha estado la duda de si las ideas son algo propio del ser humano o las captamos de otro universo donde se gestan, donde se incuban.
Fuente: DIARIO DE SEVILLA