Una persistente lluvia de rayos cósmicos ha arrancado a la mayor pirámide jamás construida por un faraón uno de sus secretos mejor guardados. La Gran Pirámide de Keops, levantada hace 4.500 años en la árida meseta de Giza, aloja en su armazón una misteriosa cavidad de 30 metros de largo cuya función y forma precisa suscita un vendaval de interrogantes entre los autores del mediático hallazgo.
«Estamos seguros de que hay un gran hueco encima de la gran galería. Es la primera estructura interna de importancia localizada en la Gran Pirámide desde el siglo XIX», indica a EL MUNDO el egipcio Hani Helal, profesor de Ingeniería de la Universidad de El Cairo y uno de los principales artífices del proyecto «Escanear las Pirámides» que desde hace dos años escudriña un puñado de pirámides egipcias mediante técnicas no invasivas.
La más simbólica de las moles que ofrecieron descanso a los monarcas del Antiguo Egipto se ha sometido a una radiografía de muones, una partícula elemental con una masa equivalente a la de 200 electrones y su misma carga eléctrica negativa que puede atravesar todo tipo de cuerpos sólidos modificando su velocidad y desvelando así sus entrañas. Los muones se producen cuando los rayos cósmicos colisionan con los núcleos de los átomos en la atmósfera superior.
Los detectores, desarrollados para su uso en los aceleradores de partículas, han servido en Japón para dibujar la estructura de los volcanes o inventariar los daños de un reactor nuclear en Fukushima. En la tierra de los faraones, en cambio, fueron empleados por el Premio Nobel de Física Luis Álvarez, estadounidense de origen español, en la década de 1960 para tratar de esclarecer si existían cámaras ocultas en la vecina pirámide de Kefren.
Con 149,89 metros de altura, la imponente pirámide -edificada con bloques de caliza y granito- tenía hasta la fecha tres cámaras independientes: la primera, inconclusa, se halla horadada en la roca bajo la estructura; la segunda, de planta cuadrada y conocida como «cámara de la reina» está emplazada en el centro de la mole; y, más arriba, se ubica la tercera, la de mayores dimensiones y apodada como «cámara del rey», que acoge un sarcófago tallado en la piedra y a la que se accede por un pasillo con techo en forma de falsa bóveda bautizado como la «gran galería».
Los firmantes de la investigación -un equipo multidisciplinar formado por expertos egipcios, franceses y nipones- han elegido con cuidado las palabras para explicar un descubrimiento inaccesible desde el interior de la pirámide. «No sabemos si se trata de una cámara, un pasillo, una gran galería o cualquier otra cosa», advierte Helal. También se desconoce si la oquedad se halla en posición horizontal o inclinada y si está compuesta de varios espacios más pequeños. «No tenemos idea de si son dos o más oquedades conectadas entre sí», agrega el egipcio.
La función de estas cavidades tampoco escapa al misterio que rodea una pirámide cuya construcción sigue intrigando a la egiptología y cuya grandiosidad ha alimentado las más disparatadas teorías, incluida la que vincula su autoría a los extraterrestres. El pasado año el proyecto informó de la presencia de dos anomalías en el interior de la Gran Pirámide, sitas en la parte superior de la puerta de entrada y la cara noreste.
«Hay que seguir investigando. De momento es pronto para comprender el modo en el que se construyó la pirámide», confiesa Helal, pletórico por «la gran sorpresa del hallazgo». «Hemos solicitado una extensión del proyecto y el próximo objetivo es analizar la gran galería. Nos planteamos incluso usar drones», avanza.
El supuesto descubrimiento no está exento de polémica entre la comunidad científica. «No han hallado absolutamente nada», replica a EL MUNDO Zahi Hawas, ex ministro de Antigüedades egipcio y miembro del comité estatal que supervisa el proyecto. «Ya sabíamos de la existencia de espacios vacíos en la Gran Pirámide. En realidad, el monumento está lleno de espacios huecos dejados por los constructores en tiempos de los faraones para aligerar el peso de una estructura levantada con piedra maciza».
«No hay cámaras secretas en la pirámide», insiste Hawas, fiel a su gusto por las controversias. «Yo -agrega- le digo al planeta que no se ha encontrado nada nuevo en las pirámides y que todo es producto de las especulaciones». La ultima de las Siete Maravillas del mundo antiguo en pie, sin embargo, está aún repleta de preguntas. «Se puede pensar que la cámara funeraria del faraón Keops se halla todavía oculta dentro pero tenemos que ser prudentes y confiar en los egiptólogos y no en las máquinas», concluye.