La capacidad tecnológica de la Alemania nazi es algo que nunca se ha puesto en duda. Sin embargo, no sólo disponían de carros de combate de última generación, sino que, según cuentan algunos documentos de guerra, los ingenieros de Hitler llegaron incluso a construir aviones con forma de platillo volante y unas extrañas «bolas luminosas» que tenían la capacidad de volar y seguir a los cazas aliados para desconcentrarlos durante el vuelo
A pesar de lo extraño que pueda parecer, no es raro pensar que se pudieran haber llevado a cabo pruebas para dar forma a unos objetos voladores no identificados en Alemania. Y es que Hitler, como demuestra su búsqueda de la lanza con la que atravesaron a Cristo en la cruz o la del Santo Grial, estaba obsesionado con obtener cualquier poder paranormal que pudiera usar en contra de sus enemigos.
En este caso, la fuerza radicaría en usar estos objetos volantes nunca antes vistos para sembrar el pánico entre las tropas aliadas basándose en viejos miedos que aflorarían nada más ver sus curiosas creaciones. Al parecer, Hitler no iba desencaminado, pues el terror ante la posible aparición de extraterrestres es algo que aún hoy quita el sueño a la sociedad.
«Foo fighters», las misteriosas esferas voladoras
Una de las historias que avalan la creación de Ovnis por Hitler ha sido la de los «Foo Fighter», unas pequeñas esferas incandescentes que, según relataron varios pilotos aliados, les seguían durante el vuelo a pesar de no tener tripulantes. Estos extraños objetos han hecho correr ríos de tinta por su misterio y el miedo que desencadenaban entre los aviadores contrarios al régimen nazi, siempre acongojados durante los vuelos de bombardeo en territorio alemán.
«De los mitos que nacieron durante la Segunda Guerra Mundial, uno de los más difíciles de desmontar ha sido el de los conocidos como Foo Fitghters», afirma el periodista e historiador Jesús Hernándezen su libro «Enigmas y misterios de la Segunda Guerra Mundial» (el cual presenta en su blog).
«Los Foo Fighters eran objetos, normalmente esféricos, de diversos tamaños, que podían ir desde unos centímetros de diámetro a tener el aspecto de un gran globo, y emitían un brillo extraordinario. Su color también variaba; podía ser rojo, naranja o azul, aunque solía ser blanco o plateado», determina el experto.
Al parecer, y según relataron algunos miembros de las tripulaciones aliadas, estas esferas aparecían súbitamente en el cielo durante las misiones de bombardeo que se llevaban a cabo en la Alemania nazi. En cuanto fueron vistas en unas pocas ocasiones, los soldados decidieron ponerles este nombre en recuerdo de una serie de entretenimiento de la época.
«El curioso nombre de Foo Fighters tiene su origen en un personaje de una popular tira cómica de la época, llamado Smokey Stover, cuyo vehículo se llamaba precisamente Foo Fighter y que además solía decir la frase: ‘Where thereŽs foo, thereŽs fire’ (donde hay humo, hay fuego). Por lo tanto, la expresión Foo Fighters podría traducirse libremente como ‘combatientes de humo’», explica el historiador.
«Estos objetos se comportaban de un modo imprevisible y desconcertante. Se colocaban al lado de los aviones aliados y les acompañaban durante un tramo. Si el aparato conseguía burlarles, en segundos la bola luminosa volvería a seguirlo de cerca, ejecutando maniobras imposibles para la tecnología de la época», sentencia Hernández.
Supuestos avistamientos
La primera referencia a los «Foo Figthers» se remonta al 13 de febrero de 1944. Ese día, y según el historiador: «El Cuartel General Supremo de la Fuerza Expedicionaria Aliada (SHAEF) en París envió a los medios de comunicación una nota de prensa que hacía referencia a la aparición de ‘una nueva arma alemana en el frente aéreo occidental’».
En términos de ese comunicado, los aviadores norteamericanos habían hallado durante una acción de bombardeo unas «esferas de color plateado en el espacio aéreo alemán, parecidas a las bolas que adornan los árboles de Navidad», como explica el periodista en su libro.
«Siempre según la nota del Cuartel General de los Aliados, qué sería publicada por el New York Times, el nuevo artefacto parecía ser ‘un arma de defensa antiaérea, aunque no hay información de cómo se sostiene, que hay en su interior o para qué sirve en realidad’», explica Hernández.
Desde ese comunicado, los avistamientos de estas misteriosas esferas decayeron hasta el 2 de enero de 1945, día en que el diario norteamericano «Herald Tribune» publicó un texto explicando los diferentes tipos de «Foo Fighters» que los aviadores habían visto hasta ese momento.
«Según una entrevista realizada al teniente Donald Meiers, podían consistir en una bola roja que volaba al lado del avión, una hilera de tres bolas de fuego volando enfrente del aparato o, por último, un grupo de una quincena de luces produciendo destellos intermitentes», determina el historiador. El oficial concluía su alegato afirmando: «No explotan ni nos atacan, solamente parecen seguirnos como fuegos fatuos».
A su vez, algunos pilotos incluso atribuyeron más capacidades a estas esferas. «En una ocasión, incluso una ellas llegó a atravesar limpiamente el fuselaje como si se tratase de un fantasma, entró dentro de la cabina y rebotó por las paredes del avión, marchándose tal como había llegado», determina Hernández.
Las esferas, un arma nazi
En ese momento, y debido a la victoria aliada, el interés por este fenómeno remitió. Sin embargo, en diciembre de ese mismo año, el investigador Jo Chamberlin volvió a sacar a colación el tema al escribir un artículo titulado «El misterio de los ‘Foo Fighters’», publicado en la revista American Legion Magazine.
«Chamberlin había recopilado las descripciones de varios pilotos que decían haber sido testigos de aquellos artefactos. Para este autor, ninguna razón convencional podía explicar las inverosímiles evoluciones de aquellas luces, ni tan siquiera el que se tratase de un dispositivo para desorientar a los radares», afirma el experto.
Su conclusión fue tajante: estos objetos eran realmente armas nazis. Para ello se basó en la idea de que las luces voladoras «desaparecieron cuando las fuerzas de tierra aliadas capturaron el área al este del Rin. Ésta era conocida por ser la localización de muchos centros de experimentación alemanes».
«Según Chamberlin, los militares aliados no estaban dispuestos a hacer públicas las informaciones con que contaban sobre el origen de estas avanzadas armas, por lo que se atrevió a asegurar que ‘permanecerán ocultas durante tiempo, posiblemente para siempre’», determina Hernández.
Platillos volantes alemanes
Otra de las leyendas, incluso más conocida que la anterior, es la creación de unos extraños aviones por los nazis a partir de 1940. Según los datos, dichos artefactos tendrían una forma ovalada y alcanzarían una velocidad de nada menos que 2092 kilómetros por hora en sólo tres minutos a través de la propulsión de unos motores anti gravitatorios.
Otra versión más realista sobre estos aeroplanos afirma que consistían en unos pequeños aviones propulsados a motor que podrían tener la finalidad de crear el miedo en los pilotos aliados. En todo caso, estas rocambolescas teorías determinan también que los nazis habrían abandonado el proyecto una vez que sus enemigos tomaron Praga.
Estas suposiciones se atreven incluso a afirmar que los científicos encargados de estos proyectos viajaron tras la contienda a Estados Unidos para utilizar allí la misma tecnología, lo que explicaría la masificación en los avistamientos de Ovnis tras la II Guerra Mundial.
Desmitificando los Ovnis nazis
A pesar de los datos, Jesús Hernández se declara escéptico en cuanto a las dos teorías. En referencia a los supuestos avistamientos de «Foo Fighters», su posición es clara. «La explicación oficial habló en su momento de alucinaciones provocadas por el cansancio, relámpagos esféricos o el fuego de SanTelmo. Lo más probable es que estas razones expliquen la casi totalidad de avistamientos de los ‘Foo Fighters’. No hay que olvidar que en los bombardeos sobre Alemania participaron miles de aviones con sus respectivas tripulaciones», determina.
A su vez, achaca la visión de estas extrañas esferas al posible agotamiento de los pilotos. «Entra dentro de la lógica que en un número tan enormemente alto de misiones se produjeran todo tipo de hechos sorprendentes. Cualquier reflejo o chispa producida por la electricidad estática del aparato, sumado al cansancio acumulado tras horas de navegación aérea con el temor a la aparición repentina de un caza alemán y, no lo olvidemos, todo ello sucediendo de noche, podía dar como resultado la visión de un fenómeno tan singular como un ‘Foo Fighter’», dictamina el experto.
A su vez, otorga una explicación lógica a uno de los hechos más utilizados por los que apoyan la teoría de que las esferas eran armas dispuestas para el combate: la posibilidad de que uno de esos artefactos voladores atravesara el fuselaje de un aeroplano casi por arte de magia.
«Probablemente, la supuesta capacidad de los Foo Fighters para atravesar los fuselajes tiene su origen en una confusión lingüística. Algunos pilotos aliados intentaron huir de las extrañas luces ejecutando una maniobra consistente en forzar el motor del avión para que alcanzase su máxima velocidad, perdiendo así de vista a su perseguidor», explica el historiador.
«Debido a lo arriesgado de llevar al aparato a unas condiciones tan extremas que podían implicar la parada, o incluso la explosión del motor, los pilotos solían emplear la expresión ‘through the gate’ (atravesar la puerta) para referirse a ello. Es posible que algún investigador poco meticuloso interpretase la frase como mejor convenía a sus intereses y, de repente, en el testimonio de algún aviador el ‘Foo Fighter’ ya hubiera atravesado la puerta del avión», sentencia Hernández.
Además, el periodista explica que la mayoría de investigadores que han estudiado este fenómeno se suelen «olvidar» de que estas supuestas esferas no sólo se vieron en los cielos alemanes. Los pilotos que llevaron a cabo misiones nocturnas en otras zonas de Europa, como Francia, Noruega o Sicilia también observaron fenómenos similares. La visión de ‘Foo Fighters’ también se daría en regiones tan alejadas como las costas de Túnez, Birmania, China y algunas islas del Pacífico. Es difícil creer que las avanzadas armas alemanas pudieran estar presentes en todos estos escenarios», afirma el periodista.
A su vez, el experto también cree que, al no haber derribado ningún avión, es difícil demostrar que estas luces fueran reales. «Ninguna de estas bolas luminosas dañó o derribó un avión aliado, lo que dificultaría mucho definirlas como armas», asevera.
Finalmente, y con respecto a la posibilidad de que los alemanes construyeran platillos volantes como arma disuasoria, Hernández ha determinado a ABC.es que, según considera, «es un mito sin ningún tipo de base, apenas un testimonio de un supuesto ‘vuelo de pruebas’». En todo caso, si alzan la vista al cielo y observan un Ovni fíjense bien… quizás lleve una esvástica dibujada en su fuselaje.
Fuente: ABC