El escritor español Javier Sierra ya sabe lo que es triunfar en Estados Unidos pero aún así considera que el público de ese país «está secuestrado» por su propio idioma, pues no se valora lo suficiente a autores que escriben en lenguas diferentes al inglés.
«Esto yo no le he dicho nunca: Yo creo que el lector anglosajón está secuestrado por su idioma (…) hay muy pocas posibilidades para un autor que no escriba en inglés de alcanzar el éxito en Estados Unidos», afirma en una entrevista con Efe en Bogotá, donde acaba de presentar «El fuego invisible», novela con la que ganó el Premio Planeta 2017.
Sierra sabe de lo que habla porque en 2006 se convirtió en el primero y hasta ahora único escritor español que ha entrado en la lista de los diez más vendidos de Estados Unidos según The New York Times, lo que consiguió con «La cena secreta», traducida como «The Secret Supper».
En su caso, reconoce que tuvo «la enorme fortuna» de que su novela «pasó el filtro» en EEUU y alcanzó el sexto puesto en la lista del diario neoyorquino, algo que, según opina, debería ser más fácil para tantos buenos autores que escriben en otras lenguas.
«Creo que el mundo anglosajón debería examinar eso y los editores del mundo anglosajón deberían ser más permeables para que libros en otros idiomas pudieran alcanzar el éxito en su lengua, es mi observación, es mi ‘wishful thinking’, es mi deseo, me gustaría que eso ocurriera», afirma.
El hecho de que la sociedad sea cada vez más globalizada «exige que haya más mestizaje de ideas de todos los idiomas» y por eso confía en que se dé esa apertura porque «la globalidad es inevitable».
Sierra (Teruel, 1971), también está «atrapado» pero no por la traducción a otras lenguas sino por su propio éxito ya que «El fuego invisible», lanzada en la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo), ya va para la décima edición en España con más de 300.000 ejemplares vendidos.
«Bogotá es mi ciudad número 29 donde estoy haciendo este tipo de eventos, he completado en Colombia mi primera vuelta al mundo porque acabo de superar los 40.000 kilómetros» de una «gira continua» de presentación de la novela que continuará esta misma semana en Santiago de Chile, afirma.
A ese éxito contribuye el Premio Planeta porque, según afirma, en la actualidad un escritor «no solamente tiene que escribir su historia sino que además tiene que transmitirla viajando por todo el mundo, contando qué ha hecho, defendiendo su obra».
En su caso, va por el mundo contando por qué se siente «muy fascinado, muy atraído por el mito», un elemento central de su obra, como es el caso de «El fuego invisible», su octava novela, en la que el protagonista, David Salas, es un profesor de lingüística del Trinity College de Dublín que viaja a Madrid de vacaciones y acaba involucrado con el mito del grial y su vinculación con España.
«De alguna manera las naciones buscan en los mitos su esencia; el mito es el espíritu, es el equivalente al espíritu de las cosas, es la forma que tenemos los pueblos de responder de una manera irracional a preguntas que son racionales», explica.
Sierra da en su novela una importancia suprema a las ideas y también a la palabra porque esta última «nos ayuda a definir el universo en el que vivimos y utilizarlas mal significa que podemos destruirlo».
Explica que «cada nuevo avance, cada nueva idea, cada nuevo descubrimiento científico o cultural va acompañado del uso de una palabra», y ejemplos no le faltan.
«Cuando hablamos de la gran revolución latinoamericana en literatura, hablamos del ‘boom’, y esa palabra define un universo de manera inmediata; cuando hablamos del gran mito constructor de la Edad Media hablamos del grial, es una palabra que se inventa en el año mil», recuerda.
Por eso, agrega, «cuando haces literatura tienes que buscar tus palabras, transitas por lo tanto una ‘terra incognita’, estás creando un nuevo territorio, y a mí eso me resulta complejo porque conlleva una responsabilidad».
Hasta octubre próximo, cuando se falle el nuevo Premio Planeta, Sierra estará dedicado a la divulgación de «El fuego invisible», dice, «y a partir de ahí empezar a cortar amarras con el mundo» para centrarse en su próxima novela.
De momento tiene dos proyectos, uno es el que dejó pendiente con «El maestro del Prado», que termina con un enigma aún por resolver, y el otro es la carrera espacial, «quizá el último gran momento mítico de la historia de nuestra especie» por la llegada del hombre a la luna, un «instante» que según dice, le provoca «mucho interés, mucha inquietud» y sobre el cual le gustaría escribir.
FUENTE: EL DIARIO