Nuestros antepasados cavernícolas eran auténticos artistas. Un estudio revela que las pinturas rupestres retrataban mejor el movimiento de los animales que las representaciones modernas.
La investigación, llevada a cabo por investigadores de la Universidad Eotvos, de Budapest (Hungría), consistió en examinar y comparar el trabajo artístico prehistórico y moderno en dibujos (y estatuas en el caso del arte contemporáneo) de vacas, caballos, elefantes y demás cuadrúpedos. Los investigadores concluyeron que eran más fieles a la realidad las pinturas rupestres.
Para llevar a cabo este análisis se basaron en el estudio de Eadweard Muybridge, que en 1880 examinó y registró la secuencia de movimientos de los cuadrúpedos, en la que reveló que apenas había variaciones entre las diferentes especies.
Esta investigación, publicada en la revista PLOS ONE, reveló que la mayoría de las representaciones reflejaban errores en el posicionamiento de las patas. Sin embargo, el error en las pinturas prehistóricas era menor que en las modernas.
Concretamente, los retratos modernos son erróneos en un 57,9%, mientras que en las pinturas rupestres se reduce a un 46,2%. Parece claro que los primeros artistas de nuestra especie eran muy sofisticados y perfeccionistas a la hora de pintar en sus cuevas.
Pese a estos datos, los investigadores no han podido concluir si esa mayor ‘perfección’ de los retratos animales se deben a las licencias artísticas que se toman los artistas modernos o al mayor conocimiento del movimiento animal por parte de los humanos prehistóricos.